lunes, 9 de marzo de 2020

Historias tontas

... Entonces, un nostálgico vapor amarillo y ocre comenzó a surgir de la cabeza de la gata, adquiriendo múltiples formas que cubrían la cara y la cabeza de Ángel, y se introducían por la visible oreja, por los cerrados ojos, por la reseca nariz, por la entreabierta boca y huméricamente le acariciaban el impasible rostro, para convertirse luego en una espiral de luz que atravesaba la ventana, el techo del pequeño departamento, para ascender al cielo, mientras el durmiente comenzaba a sonreír, para luego abrir los ojos...

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