apoltrónate

éste es un blog de buena fe: no busco ningún fin trascendental, sino algo privado y familiar. tampoco me propongo prestar ningún servicio ni trabajo para mi gloria: mis fuerzas no realizarían tal deseo. lo dedico a mi gente (en la sangre y en el afecto) para que pueda encontrar aquí rasgos de mi condición y humor. quiero mostrarme en mi manera de ser, porque soy yo mismo a quien pinto. mis defectos, mis imperfecciones y mi manera de ser se reflejarán aquí de la cabeza a los pies, del cerebro al corazón. si resultara válido, me habría pintado de cuerpo entero y completamente desnudo, pero para eso hay otros lugares. sépase que soy el contenido de mi blog, sin que esto sea válida razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí.

jueves, 26 de enero de 2012

historias tontas I

Si algún día le preguntaras, verías que no recuerda desde cuándo comenzó a echar llave a la puerta. Fue cuando sentía que el aire le faltaba en los pulmones, porque temía también que con el sol no sólo se fuera la noche, sino incluso el más menor de sus suspiros.
De pronto comenzó a aburrirse, siendo lo más grave de eso que ni siquiera se dio cuenta de su hastío y así fue que se enroló en el hipnótico tic-tac de su propio corazón, y una noche no sólo se olvidó de echar la llave, sino que olvidó también cerrar la puerta, que un travieso pensamiento se encargó de abrir de par en par...
Para entrar en la casa y jugar en el patio; para salir de la sala y entrar en la cocina y dar la media vuelta haciendo una reverencia y deslizarse por el piso para entrar en sus pulmones, resarcir la ausencia de tanto y tanto tiempo y fundirse lentamente con el más íntimo y mudo de sus sueños, tan azules como antiguos.