apoltrónate

éste es un blog de buena fe: no busco ningún fin trascendental, sino algo privado y familiar. tampoco me propongo prestar ningún servicio ni trabajo para mi gloria: mis fuerzas no realizarían tal deseo. lo dedico a mi gente (en la sangre y en el afecto) para que pueda encontrar aquí rasgos de mi condición y humor. quiero mostrarme en mi manera de ser, porque soy yo mismo a quien pinto. mis defectos, mis imperfecciones y mi manera de ser se reflejarán aquí de la cabeza a los pies, del cerebro al corazón. si resultara válido, me habría pintado de cuerpo entero y completamente desnudo, pero para eso hay otros lugares. sépase que soy el contenido de mi blog, sin que esto sea válida razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí.

lunes, 10 de septiembre de 2012

historias tontas ix

En las noches del tiempo que duró tu ausencia, con curiosidad y lentitud miraba el cielo... Cuántas cosas no vi, además, claro está, de cientos de aerolitos, estrellas y planetas que, desde aquí y desde mí, parecían parpadeantes sílabas de luz, a quienes les conté todo lo que por ti sentía, y quienes me dijeron que tú también me correspondías. Nos hicimos así de sistemas y galaxias, de versos y poemas que poco a poco intercambiamos...
Hoy que has vuelto, tengo para ti un frasco lleno de palpitantes estrellas que espero dejar caer, noche tras noche y una a una, entre tus tibios y húmedos labios, puerto seguro para una voz sin rumbo ni camino: la mía.

domingo, 22 de julio de 2012

De SEHP


--A ver, muchacha, mírame a la cara… No, no agaches la mirada, que es lo que quiero ver-- y la mujer se quedó mirando por un largo rato el pozo sin fondo, y tal vez sin agua, de los ojos de Mariana--. Ay, muchacha: eres árbol de muchos pájaros , y aunque a ninguno le has dado su rama, hay uno que ya te hizo nido… No, no pongas esa cara, que bien sabes de qué te estoy hablando, y yo aquí no voy a deshacer un nido, ni mucho menos a romper un huevo. No vas a probar los niños, porque primero tienes que ver por el tuyo, el que a tu voluntad llevas dentro. Tienes que ver si lo quieres o no, y si sí, para ver cómo lo quieres… Fúmate este cigarro y vete a pensar en la casa junto al río. Cuando pardee la tarde te me regresas, ponemos café, calentamos unas gordas y me dices qué pensaste. No, no me digas nada ahora y vete. También necesitas aprender a creer y a obedecer.

miércoles, 18 de julio de 2012

gustos de á y a dialogando en paisaje metatísico

- ¿soy yo o hace frío?
- hace frío, pero nuestros corazones son fuertes y seguirán adelante...

viernes, 6 de julio de 2012

de olga zana (y otras historias)...

Como cada mañana, Miss Hera Blé gusta de sentarse al lado de una ventana, que se halla velada por una grácil cortinilla que suaviza, aún más, la luz del nuevo día. En una mesita cabe la ventana, se alterna el movimiento de una jarra y de una tacita de té, así como de una cucharilla con la cual se agita el té vertido en la tacita. Estos tres elementos son regalo de su amiga Françoise [Sagan, por supuesto, anota quien transcribe estas notas], Fran, de quien, justo ahora, Miss Hera Blé relee una de sus primeras obras...
"De sus sobras primerizas", piensa ella, porque, desde su perspectiva, desde un principio y aun sin tener nada, Fran se dedicó al derroche: de palabras, de historias, de vida y de dinero... "Vaya vida la suya, musita Miss Hera Blé, pero, acota ella, no fue un derroche irrestricto el de Fran...", a quien pocas cosas ofendían tanto como la fealdad, física o de pensamiento, palabra, obra y omisión... aspectos, todos que, a los graves ojos de Fran, eran algo así como una enfermedad congénita e incurable... acaso contagiosa, y de la que por eso mismo huía, como quien huye de la peste, de la gente fea, de la gente estúpida, de la gente burda... de la gente sin educación.
Piensa Miss Hera Blé en todo esto, al tiempo que piensa qué tanto piensa en Fran y qué tanto en ella misma y en SUS "niñas", impregnadas todas por esta misma repulsión, como se refiere desde el afecto a sus jóvenes y talentosas, acaso geniales (el tiempo y sus obras... sus sobras, sobre todo, lo dirían) exalumnas: Olga Zana, Inés P. Rada... Cora Lee Jo.....

jueves, 7 de junio de 2012

de olga zana (y otras historias)...

"¿Es lo mismo una duda que una pregunta?", preguntó Olga Zana, mientras sus ojos surcaban el horizonte y sus labios apuraban un sorbo de martini... seco, por supuesto, ¿o qué, se esperaba otra cosa? Mejor vayamos a descorrer el velo de la identidad del interlocutor de nuestra simpática protagonista: el escritor Carlos Fuentes...
"¿Usted qué cree, Olguita? ¿Usted qué cree?". Luego de decir esto, el sampleador de "La cena", de Alfonso Reyes, dio la media vuelta y abandonó la terraza.
"Pinche vieja, se dijo Fuentes, ¿por qué siempre hace preguntas tan difíciles? Como que se quiere pasar de lista pero... yo no soy tonto".

martes, 29 de mayo de 2012

bustos de á y a taladrando en paisaje patafísico

- Igual y es una etapa...
- Igual y no.....

jueves, 10 de mayo de 2012

peces...

peces, nadadores, barcos
el agua transforman.
aguadulce. no se mueve
sino ante quien la toca.
como anillo al dedo
el pez avanza.
con lentitud se mueve el nadador.
respira la vela.
aguadulce. se mueve
ante quien la toca:
el pez, el nadador, el barco
que lleva
y se lleva.

Nota: la otra noche, en el sueño, al verme en un espejo encontré estas letras... reflejo o eco de un hombre que otra noche, en el sueño, al verse en un espejo encontró estas letras... presencia viva de paul éluard y "poisson"

viernes, 4 de mayo de 2012

historias tontas VII

otro día hablé y el otro me escuchaba;
esa noche suspiramos y el otro me sabía
a sabia savia me sabía, más allá
de los gestos y las señas. hubo un punto,
un cruce de miradas y palabras,
convergencia de historias olvidadas
o de una noche inventada. descubrimos
algo más que nuestros cuerpos y el silencio
se llenó de inesperados intercambios:
fuimos cuerpos, fuimos voces
fuimos ecos y reflejos.
sin saber cuál
uno fue del otro
un espejo y la noche
se llenó aún más de verdes hojas.

jueves, 26 de abril de 2012

historias tontas VI


Luego del adiós, pensé en subir hasta la punta de la estrella más alta que pudiera vislumbrar y desde allí lanzarme. Así, pensé, tendría tiempo más que de sobra para reflexionar en todo eso que me dijiste y en lo que tal vez (tal vez sí, tal vez no) tuvieras razón.
Pero el frío del exterior resultó mucho mayor que el frío de tus palabras esa última vez que nos vimos, así que mejor me refugié en la calidez de la cama, desde donde, en sueños, salté de la ilusión al desengaño…
Y el corazón quedó tan sorprendido, que para siempre me quedé dormido.

martes, 17 de abril de 2012

historias tontas V

A veces, como hoy, cuando hace días que no sé de ti, me quedo pensando en tantas cosas... ninguna mala, tú no te preocupes. Y esto me pasa justo ahora, que miro oscurecer a través de esta ventana que me deja ver fragmentos de ciudad y cielo. De cielo de Viernes Santo que también tiene esa estrella.
[
.
.
.
]
Y pienso también en esta noche, cuyo negror no acaba de llegar... y la claridad, que de plano ya bosteza. Ya son varias las noches en que el recuerdo te perfila y veo tu mirada y tu sonrisa cuando ves y sabes que vas a decir algo gracioso. Tu mirada y tu sonrisa... y tu voz que también tiene esa estrella.

martes, 10 de abril de 2012

bustos de á y a conversando en wattaje metasísmico

- Todos esos rasguños... ¿son del gatito?
- Sólo uno... el resto son heridas sentimentales.

miércoles, 4 de abril de 2012

historias tontas IV

Voy a acompañar a Meowsie y a Thom en sus sueños… no sea que se pierdan. Nuestros sueños son todos azules y con el brillo del cristal o del acero, del hielo en la noche, de la tinta china baystate blue… y ya ves que a Meowsie y a Thom los enloquece todo lo brillante. 
La otra noche fuimos hasta las cataratas; no fue algo planeado, sólo que, jugando-jugando a saltar montes y disfrutar del viento, llegamos al gran lago y de ahí, más rápido que un suspiro, llegamos a la cascada, llena de peces azules con ojos color de luna. 
Meowsie y Thom quedaron petrificados, mientras sus ojos giraban como rehiletes…

domingo, 25 de marzo de 2012

acibernética (1)

) sostener nuestro mundo
con una mirada
con un puente de silencios
con un paréntesis
que dura lo que tú y yo
juntos
espalda con espalda
silencios con silencios

tú y yo
ecos de palabras silenciadas
por orgullo más
que por voluntad o deseo

deseo... (

Notas: 
1. en obvio guiño a ugl, porque sí.
2. armonías y filtros: A1

lunes, 12 de marzo de 2012

bustos de á y a divagando en pasaje mantrasísmico

- ¡Ay, Dios... pero si ya se le metió el diablo!
- ¿Exorcismo?
- No... más fuego...


[con la colaboración de eduardo franco]

miércoles, 7 de marzo de 2012

de sehp

Conformada por los cuatro elementos (que, lejos de coexistir en su interior pacífica y armoniosamente, se hallaban en constante pugna), Mariana deambulaba por la vida. No había necesidad de nada más que tenerla cerca para percibir este fenómeno. Era ésta la misma razón por la cual poca gente soportaba mirarla directamente a los ojos, Ángel y Morbo, entre otros cuantos.
Sin embargo, y por si esto fuera poco, las conjunciones astrales que coincidieron con la concepción y el alumbramiento de Mariana, decretaron para ella un destino que, dependiendo de la perspectiva, oscilaba entre dos puntos tan opuestos como la atracción y el rechazo: Mariana pertenecía a esa escasa clase de seres, de quienes una vez manifiesta su presencia, nunca se les olvida, aunque esa presencia hubiera sido tan fugaz como la chispa del principio, porque, desgraciadamente, nunca se quedaban en ningún sitio ni con ninguna persona.
Por todo esto, cuando Ángel le pidió un aquí a Mariana, en su cuerpo suyo y en sus circunstancias, nunca supo lo que estaba haciendo... ni en lo que se estaba metiendo...
¿Lo sabía Mariana?

lunes, 5 de marzo de 2012

de sehp

Fue aquella una tarde linda, incluso agradable: clima fresco de fin de invierno, que permitía usar solamente un suéter. El cielo (siempre el cielo), casi cubierto de nubes que, generosas, dejaban caer la cantidad exacta de gotas para hacer que la tierra exhalara ese aroma tan suyo cuando se humedece.
Las nubes cubrían los cerros que rodean la ciudad, mientras los goterones algunas veces se iluminaban por el sol. Algo pasaba en el ambiente que incitaba a la alegría: una madre jugaba con su pequeño, mientras ambos esperaban el autobús. Una pareja lamía sus conos de helado, al tiempo que charlaban con sus cuerpos y sonreían con sus ojos. Un chico de aspecto hippiesco, con la mirada aún somnolienta de quien recién descubre el mundo, exhalando un vapor tornasolado, sumergido en los acordes de su walkman… incluso los conductores de autobuses parecieron ser amables por un día.
La gente sonreía y caminaba, sin saber a ciencia cierta la causa de su sonrisa… y sin voltear la vista hacia arriba ni hacia los lados. De haberlo hecho, habrían visto las nubes y el sol que por ellas se colaba… y tú, en el bus, perdiéndote del agradable vientecillo, de los escasos e intensos goterones, con los audífonos puestos, escuchando intermitentemente las mismas dos canciones… decidiste bajarte y llegar a casa caminando.
Oler una vez más la tierra húmeda, la fragancia de unos eucaliptos encontrados al cruzar una avenida, el aroma de unos pinos en los que nunca te habías fijado, el eco del aroma de algo similar al romero… Ver arriba y ver abajo. Ver a un lado y ver a otro. Ver lo otro y saberte parte de ello, mientras las nubes se ponían más grises y ya se estaba haciendo noche.
Sentir ganas de correr sin tener prisa y así, corriendo, llegar a casa, tirarte en la cama y escuchar otra vez, otra vez y otra vez las mismas dos canciones y decir que sí, que tienen mucha razón en lo que cuentan.
Seguir escuchando música, bajar por un shiraz y decir que te lleva la chingada, que hay que conformarse con merlot. Leer y encontrar en letras que los ojos de un gato negro son dos uvas llenas de sol, recordar de pronto su mirada y relacionarla sin-saber-porqué con el sol de esas uvas y esos ojos… sentirte embriagado de poesía y decidir que habrías de pasar el resto de la noche en un estado de relajación y de felicidad absolutas…
Lograr que nada, nada, empañara ese cristal, al menos esa vez, fue un verdadero triunfo, casi, casi un milagro, que habría sido tal, de no vivir en los albores del siglo XXI, aunque el calendario dijera algo muy otro. Dejar en la botella verde la cantidad suficiente para otro vaso de merlot, por el simple gusto de dejarlo, y por compartirlo en sueños con el sol. Irse a la cama, cobijarse y decir que sí, que qué tarde tan linda la de ese día.

lunes, 27 de febrero de 2012

historias tontas III

sueño azul
:
beso las nubes
de tu hondo mirar
que tanto
me divierte
.
qué tanto
me divierte
!
qué tanto
me divierte
que
sólo tú
y
solo tú
lo sepas
.
.
.

jueves, 9 de febrero de 2012

bustos de á y a sembrando en paisaje patafísico

- el día que quieras conquistarme, regálame una rosa negra.
- y tú, el día que quieras conquistarme, muestra un mínimo de interés en lo nuestro.

miércoles, 1 de febrero de 2012

historias tontas II

No, no puedo describir tu expresión aquella noche, cuando dijiste: “Es que ya estoy cansado”, y por primera vez sentí que tenías toda la razón del mundo.
Para cualquier otro tipo de persona, eso habría sido más que demasiado; sin embargo, tú, ahí, frente al volante, con una mirada plena de incomprensión y desamparo, sólo suspiraste y echaste a andar el auto.
A la mañana siguiente, tu mirada derramaba resignación, y tu postura, el ánimo de seguir adelante. Pero tuvo que cruzarse ese auto.

jueves, 26 de enero de 2012

historias tontas I

Si algún día le preguntaras, verías que no recuerda desde cuándo comenzó a echar llave a la puerta. Fue cuando sentía que el aire le faltaba en los pulmones, porque temía también que con el sol no sólo se fuera la noche, sino incluso el más menor de sus suspiros.
De pronto comenzó a aburrirse, siendo lo más grave de eso que ni siquiera se dio cuenta de su hastío y así fue que se enroló en el hipnótico tic-tac de su propio corazón, y una noche no sólo se olvidó de echar la llave, sino que olvidó también cerrar la puerta, que un travieso pensamiento se encargó de abrir de par en par...
Para entrar en la casa y jugar en el patio; para salir de la sala y entrar en la cocina y dar la media vuelta haciendo una reverencia y deslizarse por el piso para entrar en sus pulmones, resarcir la ausencia de tanto y tanto tiempo y fundirse lentamente con el más íntimo y mudo de sus sueños, tan azules como antiguos.