Como tuve oportunidad de comprobarlo luego, era la suya una espalda memorable: firme y suave, agridulce y tibia, brillante, sudorosa. Ninguna imperfección, ningún vestigio siquiera de las alas que, seguramente, tuvo hasta antes de su llegada a este mundo…
(Para JC, quien de alguna manera inspiró este pasaje)
cajón desastre donde intento fijar recuerdos, sueños y esperanzas, no exentos de reflexión y de esa sed insaciable de aprehender la escritura a través de la cual pueda ser deletreado ese punto de intersección en donde se encuentra esa entidad a quien llamo YO
apoltrónate
éste es un blog de buena fe: no busco ningún fin trascendental, sino algo privado y familiar. tampoco me propongo prestar ningún servicio ni trabajo para mi gloria: mis fuerzas no realizarían tal deseo. lo dedico a mi gente (en la sangre y en el afecto) para que pueda encontrar aquí rasgos de mi condición y humor. quiero mostrarme en mi manera de ser, porque soy yo mismo a quien pinto. mis defectos, mis imperfecciones y mi manera de ser se reflejarán aquí de la cabeza a los pies, del cerebro al corazón. si resultara válido, me habría pintado de cuerpo entero y completamente desnudo, pero para eso hay otros lugares. sépase que soy el contenido de mi blog, sin que esto sea válida razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí.
Una espalda memorable es todo lo que necesitas para pasar una tarde deliciosa...
ResponderEliminaraaaaawwwww...
ResponderEliminarDe la primeras entradas que leí, siempre que vuelvo aquí paso por estas palabras. Muy bonito, alv.
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